Es la muerte repentina e inesperada de una persona con epilepsia. Aunque es rara, sucede en 1 de cada 1.000 personas con epilepsia. El riesgo en niños puede ser menor. Una manera de disminuir el riesgo es tener la menor cantidad de crisis epilépticas que sea posible.

Es más frecuentemente en personas con:

  • Crisis tónico-clónicas
  • Crisis descontroladas
  • Crisis nocturnas

Como disminuir los riesgos:

  • Tomar los medicamentos a tiempo y como nos indique el doctor.
  • Tener un diario de las crisis, resultados de exámenes y preguntas para su equipo sanitario.
  • Conocer los factores que provocan las crisis epilépticas.
  • Controlar los desencadenantes (dormir, alcohol, estrés, etc.)
  • Diseñar un protocolo de respuesta ante una crisis epiléptica.
  • Compartir su información con su familia, amigos, etc.
  • Si tiene crisis nocturnas, hablar su equipo sanitario sobre su seguridad.
  • Hacer chequeos rutinarios para mantener una buena salud.
  • Intentar estar libre de crisis. No darse por vencido y acostumbrarse a vivir con crisis. Visitar a un especialista si aún está teniendo crisis epilépticas o efectos secundarios debido a los medicamentos.